jueves, 31 de mayo de 2012

Hay Gazpachos y gazpachos




 Reflexiones del Mono A Punto
Sin duda el mejor invento para el verano es el gazpacho. Es saludable, nutritivo, alivia la sed y sacia esa rara desgana que a veces nos ataca cuando llegan las temperaturas altísimas. Os lo digo yo, que aquí estoy en la pared de A PUNTO, junto al escaparate, uff…. Menos mal que está el aire acondicionado y cursos como el que os voy a contar hoy.
Que me he enterado que el fantástico chef Joaquín Felipe va a impartir un curso de gazpachos en nuestra escuela se me ha hecho la boca agua. ¿Por qué? Porque esto significa, que quien piense que va a hacer el típico gazpacho de toda la vida con su tomate, pimientos, cebolla…. Pues se equivoca, el curso promete. Acabo de ver a Ana recibiendo las recetas que Joaquín Felipe va a hacer en el curso y esto se tendría que llamar “Gazpachos de autor para un verano gourmet” . 
Mirar de qué va la cosa:
Appel celeri

Gazpacho de fresas

Gazpacho verde 

Sopa fría del mar

Chupito de berberechos

Infusión de algas

Salmorejo de tomates amarillos con mojama
Ayyy, ¿alguien se acordará que yo estoy aquí guardando los libros? Espero veros pasar camino de la cocina.
Ya sabéis, es el próximo jueves día 7 de junio a las 19.30 horas.




viernes, 25 de mayo de 2012

CASETA 74



Un año más estamos en la Feria del Libro de Madrid. Caseta 74.
Allí estaremos con buen vino y mucha mejor buena literatura gastronómica.





lunes, 7 de mayo de 2012

MADRID





Mi pueblo tiene más de un millar
de rascacielos. Un paseo
con cuatro carriles de velocidad limitada
y un pestilente aroma
a gasoil quemado.

Desde lo alto,
mi pueblo tiene una policromada
imagen de tejados rojizos,
paredes antaño blancas,
corralas con barandillas de madera
y unos solarium privilegiados
con cuerpos generalmente desnudos al sol.

Suena a voces entrecruzadas,
idiomas inteligibles,
gritos de dolor y gemidos de domingos de madrugada.

Cuando se despereza el lunes
se deja llevar por el descompensado
ritmo del rugir de los coches;
y en la noche del jueves
silba una melodía de seducción.
¿Quién diría que el domingo
guardaría silencio?

El silencio da miedo
en mi pueblo.
Me ha acostumbrado
a sentirlo ruidoso. 

Mi pueblo no me vio nacer
y a buen seguro no sabe ni que existo.

A mi pueblo regreso
de cada viaje sabiendo que a la puerta
del aeropuerto habrá un hombre
de voz rota
intentando cobrarme más de lo que cuesta una bandera.

No tiene fama de amable
pero tampoco de insolidaria.
En mi pueblo la gente sale a la calle
a alzar sus voces y grita, de vez en cuando,
algo al unísono.

Un día decidí que esta ciudad
sin mar iba a ser mi pueblo. Sé de sus calles,
de sus barrios, de sus cocinas, de sus aromas
e incluso he descubierto cuáles son
algunas de sus debilidades.

Ése es nuestro gran secreto.
Dos desconocidos, dos anónimos,
dos y en ocasiones tres, que no está mal,
viviendo como buenamente
nos apetece vivir, por eso es mi pueblo. 

@sara cucala. Poemario, Encuentros